Comenzó fuerte la final con la cubana Liadagmis Povea saltando 14,56 metros, que ya ponía en aviso al resto de competidoras sobre lo difícil que iban a estar las medallas. Ana Peleteiro, que saltó a continuación, ajustó mal la batida perdiendo unos 20 centímetros, llegando hasta los 14,24. No era mala marca para empezar. Pero cuando le llegó el turno a la otra cubana, Leyanis Pérez, la cosa se puso más seria aún: batió la mejor marca mundial del año con 14,93. Ya tenía en sus manos el oro.
Ninguna atleta más superó la barrera de los 14 metros ni en el primer ni en el segundo intento, si bien en éste, Povea mejoró en un centímetro su marca y la española lo hizo en cinco (14,29), la misma distancia a la que llegó en su tercera tentativa. Es ahí donde la sueca Mala Askag alcanzó los 14,01 m., colocándose en la cuarta posición provisional antes de la mejora.
Ya sólo con las ocho mejores en competición, y apareciendo en orden inverso a sus posiciones, comenzó la hora de la verdad. Se sumó con 14,01 a la lucha por el podio la dominicana Thea Lafond, su mejor marca del año. Peleteiro no mejoró, como tampoco Povea, que decidió pasar, ni Leyanis Pérez, que hizo nulo.
En el quinto intento, de nuevo la gallega no encontró sus mejores sensaciones, aunque otra vez estuvo por encima de los 14 metros (14,10). Povea ni llegó a los 12, mientras que la líder, Pérez, volvió a rehusar para estar más descansada por si necesitaba toda su energía para su último salto.
Ya en la última oportunidad, con las seis mejores, Lafond soñó con el bronce, pero se quedó en 14,18. Con medalla asegurada, la novena para ella en un gran evento, Ana Peleteiro arriesgó, pero hizo nulo, teniendo que conformarse, en un nuevo hito para ella, con el tercer lugar. El segundo fue para Liadagmis Povea, mientras el oro como campeona del mundo lo ganó Leyanis Pérez.

Primer metal para la delegación española en este Mundial de China gracias a una sensacional competidora que ha vuelto a dar lo mejor de sí en la alta competición.