Centro de datos del Covirán Granada-Río Breogán
Suele suceder que, cuando un equipo se juega la vida y el otro, por mucho interés que ponga, ya lo tiene todo hecho, la victoria caiga de lado del primero. Así sucedió en Granada. Y no es fácil porque los nervios atenazan, las muñecas se endurecen, los aros se hacen más pequeños. Aun así, los de Pablo Pin, que ya salvaron la semana pasada un matchball en contra, volvieron a ganar, esta vez en casa ante el Breogán. Les va el morbo. Su pesar es que no dependen de ellos: tienen que ganar todo y dependen de que al menos un equipo, el Girona y/o el Andorra, pierda todo lo que le queda.
Los andaluces, con esas circunstancias, saltaron al parqué con convicción. El primer cuarto lo ganaron 23-16 y también se apuntaron el segundo para llegar al descanso con nueve de ventaja (49-40). Aún acumuló más en el tercero, que cerró con un parcial de 22-18, para llegar con +13 y el triunfo encarrilado, que no sellado.
Porque el Breogán, a pesar de verse 19 abajo (84-65), tiró de orgullo y llegó a reducir a 9 la distancia. Así se quedó cuando se firmó el armisticio y sonó la bocina final para alegría de la afición y de los jugadores granadinos, que tienen una nueva vida extra que les durará, como mínimo, unas horas.
Si el Andorra y el Girona ganan, de nada habrá servido este triunfo del Covirán.
Los MVP
Valtonen, con 21 puntos y 23 de valoración, fue el mejor en el equipo andaluz. Bien acompañado estuvo por Noua con 19 puntos y Rousselle con 16 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 20 de valoración. Por el Breogán, Touré anotó 14 puntos y se quedó con 21 créditos. También certero estuvo Kurucs con 14 puntos, incluidos 4/8 en triples.