En el Gran Circo no suele ser habitual que las despedidas de los pilotos sean demasiado emotivas. El ego acostumbra a enturbiar las cosas y la puerta de atrás se abre más veces de las que debería. Sin embargo, el adiós de Carlos Sainz Jr. (30) a Ferrari ha sido un ejemplo perfecto de elegancia y amor por un color, el rojo.
La escudería del Cavallino Rampante preparó una sesión en Fiorano en la que no sólo implicaron al hombre que llegó en 2021 al equipo, sino también a su progenitor. Los de Maranello les dieron la oportunidad de rodar juntos, durante algunas vueltas, con el F1-75 de 2022.
Antes de comenzar a pisar el acelerador, con Carlos Sainz padre (62) introducido en el cubículo relativamente nervioso, su retoño aseguró estar "muy estresado" por ver cómo se desenvolvía el ganador del Dakar con el monoplaza. No fue mal la cosa y, acto seguido, llegó el momento de quemar rueda juntos.
"¿A quién llevas detrás?", preguntó el nuevo piloto de Williams ya con el mono rojo puesto. "¡Te voy a llevar delante!", bromeó el mayor, dejando claro que se veía incapaz de seguir el ritmo a su pupilo. Después, disfrutaron de unos giros que nunca olvidarán, en los que el heredero se permitió transmitir algunas instrucciones por radio.
"Quiero agradecéroslo mucho a todos vosotros. Habéis hecho a un abuelo un hombre muy feliz", dijo el padre, desatando las risas de Fred Vasseur, el jefe de Ferrari. "Este año, un abuelo de 62 años ha probado un Ferrari de Fórmula 1 y vencido en el Dakar", concluyó el '55'.
Toda esta sesión tuvo lugar ante la atenta mirada de Charles Leclerc, que estaba invitado desde el principio, pero no tenía obligación de ir. De ese modo, el monegasco, al que se vio intercambiar impresiones con el Sainz más veterano, reafirmo la buena relación que mantiene con el que ha sido su compañero durante los cuatro últimos años.