El segundo duelo de semifinales de la Liga de Campeones enfrenta a dos equipos antagónicos: si los italianos destacan por su buen hacer en defensa, el plantel azulgrana lo hace por su potencial ofensivo. Los cinco goles encajados por el Inter en el máximo torneo continental hacen de contrapeso a los 37 anotados por el actual líder de LaLiga EA Sports.
En la temporada 2009/10, ambos se vieron las caras en un contexto similar, es decir, el pase a la final estaba en juego. En la ida de aquella eliminatoria, los de José Mourinho golpearon primero (3-1) pese a que Pedro Rodríguez adelantó a los visitantes. Luego, Wesley Sneijder, Maicon Douglas y Diego Milito dieron una valiosa ventaja para la vuelta.
Con la extinta norma de los goles dobles fuera de casa, al Barça le bastaba con el 2-0 para dejar atrás a la entidad de Lombardía. Y todo se puso de cara antes de alcanzarse la media hora de juego, ya que Thiago Motta fue expulsado y dejó en inferioridad numérica a una escuadra que acabó reinando en el Santiago Bernabéu.
Lo cierto es que la afición catalana se resignó a ver cómo Leo Messi, Zlatan Ibrahimovic y compañía se estrellaban una y otra vez contra un auténtico muro de hormigón -Samuel y Lucio fueron de la partida en el eje de la zaga-. Aunque Gerard Piqué dio licencia para soñar en el minuto 84, el segundo tanto no llegó en ningún momento.
Guardiola, Busquets, Xavi y Alves fueron algunos de los testigos de la efusiva celebración de Mourinho, quien firmó una inolvidable carrera mientras los aspersores trataban de frustrar la fiesta. Puño en alto, el luso protagonizó una escena para el recuerdo a sólo unos días de incorporarse al Real Madrid.