Esta entrevista forma parte de 'The Big Pete', un proyecto multimedia de Flashscore y CANAL+ Sport que se lanzará en la primavera de 2026.
Usted jugó en la Lazio con Zdenek Zeman, un técnico a veces infravalorado fuera de Italia. ¿Cómo lo recuerda?
"Mi primer año en la Lazio fue con Dino Zoff, y después llegó Zdenek Zeman en mi segunda temporada. Fue un cambio radical. Pasamos de un entrenador muy tradicional a alguien innovador y lleno de ideas nuevas. Su fútbol era emocionante y ofensivo. Practicamos uno de los mejores estilos de juego que se habían visto en Italia en ese momento, con un 4-3-3, todos atacando y presionando arriba.
Encontrar el equilibrio entre ataque y defensa a veces era complicado, pero como jugador era muy divertido. Los entrenamientos eran durísimos —era famoso por eso—, sobre todo en la pretemporada. Pero terminamos muy arriba en la tabla, segundo y tercero en esas temporadas, y jugamos un fútbol increíble. Muchas cosas que aprendí de él me influyeron después como entrenador".
¿Qué fue lo más importante de la filosofía futbolística de Zeman para usted?
"Todo giraba en torno al fútbol ofensivo. Quería una línea defensiva muy adelantada y una presión agresiva, algo poco habitual a mediados de los 90. Defendíamos casi en el centro del campo.
El sistema era un 4-3-3, con dos extremos, un delantero y los dos ochos llegando desde atrás. Los extremos se metían hacia dentro, los centrocampistas se sumaban al ataque. Era emocionante tanto para jugar como para ver, y lo trabajábamos cada día en los entrenamientos".
¿Qué entrenadores le influyeron más en general?
"Una figura muy importante fue Rolf Fringer en Suiza. Me pasó del centro del campo al centro de la defensa porque quería salir jugando desde el portero. Como jugador ofensivo, ver el juego desde atrás me ayudó mucho a entender el fútbol.
Luego Arrigo Sacchi con la selección. Era extremadamente innovador, y su Milan era famoso en todo el mundo. Intentamos imitar ese estilo con Suiza. También tuve a Ruud Gullit, cuya filosofía siempre fue jugar al fútbol, tener el balón y decidir el partido a través de la posesión".
Gullit era entrenador-jugador en ese momento, ¿verdad?
"Sí, al principio. Su idea era muy clara: si tienes el balón, controlas el partido".
¿Cómo ve la situación actual de la Lazio en el fútbol europeo?
"Claudio Lotito se hizo cargo del club cuando estaba al borde de la quiebra y lo devolvió a la estabilidad. La Lazio es ahora un club sostenible a nivel financiero, compite regularmente en competiciones europeas y suele estar entre los seis primeros de la Serie A. Tiene una gran afición, una ciudad preciosa y jugar en el Olímpico es una experiencia maravillosa. Y el derbi de Roma es uno de los mejores partidos que existen".
El Chelsea fue su último club como jugador. ¿Cómo era esa etapa antes de la llegada de Roman Abramovich?
"El ambiente ya era eufórico. Llegué en 1996 y poco después vinieron (Gianluca) Vialli, (Gianfranco) Zola, (Frank) Leboeuf, (Marcel) Desailly. Ganamos seis títulos: la FA Cup, la Recopa, la Supercopa de Europa y la Copa de la Liga. Fue una etapa muy exitosa.
La llegada de Abramovich en 2003 transformó por completo al club. El Chelsea se convirtió en una potencia tanto a nivel nacional como internacional y en un club reconocido en todo el mundo".
¿Cómo ve la era de Jose Mourinho y los jugadores que llegaron después?
"Llegaron muchos fichajes, pero jugadores como Petr Cech, John Terry, Frank Lampard, Didier Drogba, Michael Essien, y (John) Obi Mikel se convirtieron en la columna vertebral del club durante muchos años. Hicieron historia ganando títulos de liga y consolidaron al Chelsea como un gigante".
¿Qué siente al volver a Stamford Bridge?
"Es como una segunda casa. He estado allí como jugador, aficionado y entrenador. El Chelsea ha sido una parte fundamental de mi vida profesional y personal. Cada visita me despierta emociones muy profundas".
¿Se considera más leyenda del Chelsea como jugador o como entrenador?
"Sinceramente, nunca pienso en eso. He tenido la suerte de formar parte de grupos exitosos y ambiciosos, tanto como jugador como entrenador. El éxito siempre es fruto del colectivo".
A menudo le llaman el técnico interino más exitoso de la historia del fútbol. ¿Le molesta esa etiqueta?
"Para nada. Se ha convertido en una broma entre amigos. Yo solo me centraba en dar lo mejor para los jugadores, el club y la afición".
¿Cómo vivió personalmente la temporada 2011/12?
"Fue una montaña rusa. Tuvimos problemas en la liga, hubo dificultades y Andre Villas-Boas —un gran amigo— se marchó. Me pidieron que me hiciera cargo hasta final de temporada. Fue un reto, pero también lo disfruté, y el desenlace fue algo que nadie podía imaginar. Fue como el final perfecto de una película".
Si piensa en aquella Champions League, ¿qué partido recuerda más?
"La vuelta contra el Nápoles en Stamford Bridge. Teníamos que remontar un 3-1 en contra. El ambiente era electrizante. Todavía escucho el ruido cuando logramos pasar. Aquella noche, todo parecía posible".
¿Fue difícil elegir el once antes de la final contra el Bayern de Múnich?
"Por un lado, fue sencillo porque varios jugadores estaban sancionados, así que nadie podía quejarse. Por otro, fue complicado. Ryan Bertrand debutó porque nos daba el mejor equilibrio en la izquierda.
Tuvimos una semana entera para preparar el partido tácticamente. Una vez preparado el equipo, el resto dependía de los jugadores, y teníamos futbolistas excepcionales. La preparación y el rendimiento de Petr Cech fueron extraordinarios".
¿Dónde celebraron la victoria en la Champions League?
"En la azotea del hotel. Estaban los jugadores y las familias. Nadie durmió. Fue inesperado, lo que lo hizo aún más especial".
¿Qué club o lugar ha significado más para usted en la vida?
"He tenido mucha suerte: de Schaffhausen a Roma y a Londres. Pero para mí no importa tanto el lugar, sino con quién estás. La familia y la buena gente son lo más importante".
Muchos grandes entrenadores han sido excentrocampistas defensivos. ¿Esa posición es ideal para futuros técnicos?
"Como mediocentro defensivo, tienes que entender tanto el ataque como la defensa. Te da una visión completa del juego. Quizá sea casualidad, pero muchos grandes entrenadores han salido de ese puesto".
¿Siempre quiso ser entrenador?
"No. No lo pensaba mientras jugaba, y ni siquiera tras retirarme lo tenía claro. No fue algo planeado".
¿Por qué no ha entrenado en Inglaterra últimamente?
"Después del Aston Villa, he asumido otros roles en el fútbol y he encontrado un buen equilibrio en la vida. Sigo recibiendo algunas ofertas, pero menos que antes. Ahora mismo, estoy muy contento con lo que hago".
¿La etapa de entrenador está cerrada para usted?
"No, en absoluto. Simplemente no estoy buscando activamente en este momento. Quién sabe qué deparará el futuro".
El Chelsea tiene una fuerte conexión italiana. ¿Por qué funciona tan bien?
"Los entrenadores italianos están muy bien preparados tácticamente. El Chelsea siempre ha sabido combinar la cultura futbolística italiana con un entorno internacional, y esa mezcla parece funcionar".
¿Sigue en contacto con el actual técnico del Chelsea, Enzo Maresca?
"Sí. Muchos vivimos cerca de Cobham. Nos vemos, jugamos al golf o al pádel y socializamos. Es una comunidad muy unida en torno al club".
¿Cómo valora su trabajo en el Chelsea?
"Lo está haciendo muy bien. Me gusta cómo está organizado el equipo y la forma en la que juegan".
Por último, ¿cómo ve a Italia con Gennaro Gattuso?
"El fútbol italiano está en plena transición generacional. Tenemos jugadores con talento, pero necesitamos más confianza y más oportunidades para los jóvenes en la Serie A. El entorno de la selección es fuerte y el futuro se ve prometedor".
¿Italia puede clasificarse para el próximo Mundial?
"Crucemos los dedos. Todos estaremos animándoles. Espero que esta vez lo consigan".
