Exactamente cinco años después de la muerte de Diego Armando Maradona, el Nápoles y el Qarabağ se enfrentaban por primera vez en la historia, precisamente en el estadio que lleva el nombre del "Pibe de Oro". Un lugar lleno de símbolos, aún más en una noche como esta: un ramo de flores depositado a los pies de su estatua en el túnel de vestuarios y las notas de “Live is Life” durante el calentamiento, un homenaje perfecto a un icono que representa el alma de toda una ciudad.
Los azzurri buscaban una reacción para relanzarse en Europa, animados por el 3-1 ante la Atalanta en Serie A, que les devolvió confianza tras semanas complicadas. Enfrente, sin embargo, estaba un Qarabağ sorprendente, en plena lucha en la fase liga y que ya había logrado frenar al Chelsea y vencer a Benfica y Copenhague.
Neres imparable bajo el diluvio
Un partido lleno de expectativas. Y bajo una lluvia gélida que cae sin parar sobre el Maradona, el encuentro cobra vida de inmediato. Apenas a los seis minutos, Addai rompe el equilibrio emocional del partido con un zurdazo desde fuera que roza el palo y congela por un instante a la afición napolitana.
La respuesta del Nápoles, sin embargo, llega con la primera ocasión realmente clara, firmada por el hombre más brillante de la noche: David Neres. En el 15’, Beukema lanza un pase largo y preciso para el brasileño, que desde la línea de fondo pone un centro tenso perfecto; Mustafazada se ve obligado a intervenir de forma desesperada para quitarle a Højlund un balón que olía a gol.
Pero la verdadera obra de arte llega en el 35’: una chilena sensacional del número 7 tras asistencia de Lang, un gesto técnico que arranca aplausos bajo el aguacero y obliga a Kochalski a hacer la parada más difícil de su noche. La portería no se abre, pero tiembla. Y eso no es todo: en el 42’, el propio Neres saca un centro-chut envenenado, una parábola que se eleva entre la portería y Lang sin encontrar el desvío ganador. Otra chispa, otra muestra de su dominio por la banda.
En el mejor momento de los azzurri llega otro gran susto: en el 41’, Di Lorenzo, asistido con precisión milimétrica por Buongiorno, se escapa al límite del fuera de juego y se planta solo ante el portero. Pero justo al rematar pierde el apoyo y resbala, quizás traicionado por el césped empapado. Así termina una primera parte sin goles pero para nada aburrida, con el Nápoles dueño del juego y un Neres en estado de gracia.
Højlund se deja hipnotizar, McTominay no
La segunda parte arranca sin cambios y con el Nápoles decidido a transformar en goles la superioridad técnica y territorial mostrada en la primera mitad. La lluvia no da tregua, el ritmo sigue altísimo y a los pocos minutos llega la primera jugada clave: en el 55’, Jankovic derriba a Di Lorenzo en el área y el árbitro señala el punto de penalti sin dudar. Todo el estadio contiene la respiración. Højlund toma el balón, pero Kochalski se luce y detiene el penalti al danés, enfriando el Maradona y aplazando de nuevo el ansiado gol.
Los azzurri, sin embargo, no retroceden ni un paso. En el 62’, otra vez Neres hace temblar al Qarabağ: disparo cruzado de zurda tras pase de Di Lorenzo y, una vez más, Kochalski responde con una intervención de crack, confirmándose como el mejor de los suyos. Así, en el 64’, Conte mueve el banquillo: entra Politano, sale Beukema y el Nápoles pasa a defensa de cuatro para ganar amplitud y continuidad ofensiva. El cambio resulta inmediato.
Pasa sólo un minuto y, en el 65’, por fin llega el grito que el Maradona esperaba: tras un balón suelto en el área, después de un despeje fallido de un defensor del Qarabağ, Scott McTominay marca de cabeza el merecido 1-0. Es su tercer gol en Champions, un tanto de puro instinto que hace estallar el estadio y libera toda la tensión acumulada.
La ventaja enciende aún más al equipo de Conte. Dos minutos después llega una jugada increíble: Kochalski realiza un doble paradón, primero a Lang y luego a McTominay, desviando lo imposible. El balón sigue vivo y Højlund, de cabeza, roza el palo por muy poco. El Napoli domina, el Qarabağ resiste como puede. Dos minutos más tarde, Neres está a punto de firmar una obra maestra: en el 70’ ve al portero adelantado e intenta una vaselina (quizás un centro fallido) que se estrella en el larguero.
Es solo el preludio al 2-0: en el 72’, otra vez una acción de McTominay, otra presencia decisiva en el área, y Jankovic desvía en propia puerta el disparo del escocés.
Un autogol desafortunado pero inevitable, fruto de una presión ya insostenible. El Nápoles controla, disfruta de su noche europea y consigue la segunda victoria en la fase liga, igualando a los azeríes con siete puntos. En una noche marcada por el recuerdo de Maradona, los azzurri recuperan juego, energía y, sobre todo, un resultado que puede cambiar su camino.
Jugador Flashscore del Partido: Scott McTominay (Nápoles).
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