El club paraguayo fue multado con 50.000 dólares (unos 45.000 euros) y obligado a jugar los partidos a puerta cerrada. Sin embargo, la decisión fue ampliamente criticada por el Palmeiras y la CBF, que consideran las sanciones insuficientes para combatir el racismo en el fútbol sudamericano.
En el documento, firmado por Palmeiras, Libra y Liga Forte União, los clubes piden una revisión del reglamento de la CONMEBOL, proponiendo penas más severas para delitos de esta naturaleza.
Entre las sugerencias figuran un aumento sustancial de las multas, que podrían alcanzar los 457.000 euros si no se identifica al autor de los insultos racistas, e incluso la exclusión del equipo en caso de reincidencia.
Sanciones a los árbitros y a las federaciones
Además, los clubes exigen el cumplimiento del protocolo de la FIFA para episodios de racismo, que incluye la interrupción de los partidos hasta que los responsables sean identificados y expulsados del estadio, así como la posibilidad de clausurar el encuentro si los actos discriminatorios se repiten o son de carácter grave. Las sanciones deben abarcar también a los equipos arbitrales y a las federaciones implicadas.
Las sanciones por incumplimiento del protocolo se extienden al equipo arbitral y a la asociación responsable.
El documento también propone la creación de un registro de personas ya implicadas en incidentes racistas, que incluya a aficionados, jugadores, clubes, directivos y miembros del cuerpo técnico, con el objetivo de facilitar la identificación y sanción en casos de reincidencia. El movimiento hace hincapié en el alarmante aumento de los episodios de racismo en las competiciones de la CONMEBOL, basándose en los datos estadísticos del Observatorio de la Discriminación Racial en el Fútbol entre 2014 y 2025.