El club considera como muy graves aquellas faltas que supongan "un deterioro de la imagen, prestigio y consideración social del Club Atlético de Madrid” y que vayan contra “el compromiso de este club en su rechazo y oposición a cualquier forma de violencia verbal o física y a todo acto racista, xenófobo o intolerante”.
De este modo, si la justicia considera que el socio es culpable, el Atlético de Madrid procederá a su expulsión.