Aquella goleada en Arabia Saudí catapultó al Barcelona hacia una racha positiva que sólo deja dos puntos negros: aquel empate en El Coliseum con el Getafe de Bordalás y la igualada irrelevante en la última jornada de la liguilla de la Champions con la Atalanta. Por lo demás, en la Ciudad Condal todo es sinónimo de alegría. El juego convence. La idea de Flick se estabiliza cada día más. Presión, posesión y agresividad. Conceptos que no negocia el entrenador alemán y que vuelven a meter al FC Barcelona en la pelea por LaLiga cuando hace un mes se encontraba a siete puntos del Real Madrid.
El Barça de Flick, sin duda, destaca por su enorme capacidad ofensiva. Los goles llegan por sí solos. Pedri toca la varita. Fermín destaca y aprovecha las oportunidadesv (ajeno a la expulsión del domingo en el Ramón Sánchez Pizjuán). Lewandowski continúa en modo 'killer'. Raphinha, Lamine, Dani Olmo. El equipo blaugrana presenta muchas armas para hacer daño y, además, el cuerpo técnico ha potenciado el rendimiento de su frente de ataque.
Ante el Sevilla, con uno menos durante la última media hora de partido, cayó el 1-4 de Eric García, un zaguero que pudo marcharse hacia el Girona de Míchel pero que gracias a la decisión de Flick se ha quedado en la plantilla.
El siguiente objetivo del Barcelona será superar al Rayo Vallecano de Iñigo Pérez, un equipo defensivo y muy táctico que quiere dar un golpe sobre la mesa para seguir el sueño europeo.
Hay Liga. Es febrero y podemos decir que tendremos una segunda vuelta más que interesante.