Centro de datos del Real Madrid-Valencia
Fútbol total. Lo que el Real Madrid hizo con el Valencia en la primera parte fue un ejemplo de cómo una máquina bien engrasada, con jugadores top que se ponen al servicio del grupo, puede aniquilar a un rival destrozado en lo anímico y sin creer en lo que hace. Los blancos desplegaron un nivel de alta escuela con balón y sin balón. Circulación rápida y precisa, a uno o dos toques, juego asociativo, desborde por banda y anticipación cuando en alguna escasa oportunidad perdían la posesión. Y gol, por supuesto.

Mbappé es un lujo
El 3-0 con el que se llegó al descanso pareció, y lo fue, bien poco para la exhibición de los de Xabi Alonso. Fue a los 19 minutos cuando se abrió el marcador. Cómo no, obra de Mbappé, Bota de Oro al máximo goleador y que va camino de volverla a ganar. El francés, olvidándose del penalti fallado ante el Barça, engañó a Agirrezabala para poner el 1-0. El meta valencianista ya había tenido antes que esforzarse al máximo para detener al propio francés, a Vini -titular y sin castigo- y a Bellingham. Incluso Valverde, con un portentoso tiro desde la frontal, rozó el gol.
Tras abrir la lata, el hambre no decreció sino todo lo contrario. Con Huijsen dejando a Danjuma como Usain Bolt a un caracol, con Militao, Carreras y Valverde, cada vez más lateral, siempre anticipándose a los contrarios, los de arriba disfrutaban de lo lindo. Y ahí volvió a aparecer la sociedad Guler-Mbappé. El turco buscó a Kylian aprovechando el enésimo despiste de Thierry para que el galo marcase a placer el 2-0.

Ay, Vinícius
Y siguió el asedio. El citado Thierry, que debía secar a Vinícius, volvió a mostrar su falta de concentración llevándose por delante el tobillo de Carreras. Penalti que Mpappé cedió gustosamente a Vini. Pero el brasileño, dentro de sus virtudes, no tiene la de ser un buen lanzador y Agirrezabala se lo demostró. El rechace se lo quedó Güler, pero lo suyo es más pasar que disparar para gloria del guardameta.
La pequeña alegría de Agirrezabala no iba a durar demasiado. Porque Bellingham, que estaba firmando un partidazo, sacó a pasear el látigo de su pierna diestra para colocar el balón ajustado al palo y convertirlo en el 3-0 con el que se llegó al ecuador. Una exhuberancia del Real Madrid, y del inglés, que no marcó más porque casi no quiso.
En el vestuario, Corberán leyó dónde estaba la mayor fuga, que no la única, y antes de la hora de acción ya había realizado cuatro cambios para poner un 5-4-1. La idea era no encajar una goleada escandalosa. Entre eso y que los merengues ya comenzaron a pensar en el Liverpool, incluso consiguieron animarse con su primer disparo... en el minuto 63, con André Almeida poniendo en apuros a Courtois. Tampoco duró demasiado su ambición. Enseguida retomaron el control los anfitriones, ya a otro ritmo menor, pero aun así siguieron buscando el cuarto tanto.
A ese objetivo se sumaron en el último cuarto de hora Rodrygo y Endrick, que por fin debutó esta temporada y con Xabi Alonso, que chocó manos con Vini al volver a sustituirlo. Unos minutos después, el Bernabéu se rindió a Carreras, que soltó un zurdazo seco, duro y a la escuadra para marcar el mejor gol de la noche, el del 4-0.
Lo que quedó fue para comprobar que Endrick tiene una potencia y velocidad envidiables, y que Javi Guerra, al que su técnico introdujo en el minuto 86, posee un gran disparo, que enseñó estrellando el balón en el larguero. Lo poco potable de un Valencia que tiene un oscuro camino por delante.

Jugador Flashscore del partido: Kylian Mbappé (Real Madrid).
