El Atlético de Madrid, en un carrusel de sensaciones, de ocasiones, de alternativas y de remontadas, se ha llevado el triunfo ante un combativo Rayo Vallecano, que se fue sin premio del Metropolitano a pesar de ponerse 1-2 a un cuarto de hora del final. Pero encontrarse con el renacer de Julián Álvarez se lo impidió para alegría de un equipo colchonero que no podía permitirse otro nuevo desliz en LaLiga.
Centro de datos del Atlético de Madrid-Rayo Vallecano
A 12 puntos del líder, el Real Madrid, su rival en LaLiga este sábado, y con un solo triunfo en cinco jornadas, el Atlético afrontaba al borde del abismo su derbi ante el Rayo. Fallar no era opción para los del Cholo Simeone, que introdujo cuatro cambios con respecto al que tropezó en Mallorca. Sorprendió la entrada de Nahuel Molina como medio derecho, dejando a Llorente en el lateral. Lo obvio, y más viendo la pólvora del madrileño cerca del área enemiga, era subirlo al centro del campo. Pero el 'ataque de entrenador' le salió de lujo.
Tras unos insulsos minutos de peloteo, Nahuel abrió espacio para que Llorente acelerara por el carril y colocara un balón en el segundo palo que remató de volea Julián Álvarez. Otra asistencia del rubio y un gol muy necesario para la Araña, cuya picadura parecía haber perdido veneno.
Para alegría del Atleti, Griezmann volvía a ser el de las mejores noches. Entre líneas, aceleraba jugadas y, si no encontraba socios, él mismo se encargaba de llevar el balón a la zona de peligro. La rodilla de Batalla impidió que el francés fuese quien abriese el marcador poco antes del tanto de Julián. Y después del 1-0, siguió creando fútbol de alta escuela. Aunque fue de nuevo Julián Álvarez quien más cerca estuvo de doblar la ventaja. Esta vez fue Nahuel quien centró desde la diestra y su remate, a priori más sencillo que en el gol, lo mandó a las nubes.
Chavarría, desde Vallecas
Las buenas sensaciones que mostraban los rojiblancos se vieron dilapidadas en dos acciones, las únicas en las que el Rayo encontró huecos en la zaga rival. En la primera, Isi metió un pase interior que Fran Pérez mejoró más centrando para Alemao. El punta pidió penalti al verse molestado por Hancko en el disparo a puerta vacía, pero el central lo hizo de lujo. Nada que reclamar.
En la segunda ocasión, sin embargo, ya en el añadido, Pep Chavarría tuvo una iluminación y decidió armar la zurda a 30 metros de Oblak. Había que tener fe, desde luego, pero el balón, un misil tierra-aire, entró por la escuadra para colocar el 1-1 casi sobre la bocina. El Metropolitano, que no registraba una buena entrada, se quedó perplejo y en silencio.
Koke se juega la roja, Oblak su integridad
Comenzó la segunda con el Atleti volcado en el área de Batalla. En una de las cabalgadas de Llorente, el arquero rayista le afeó una caída en el área que bien pudo ser penalti. Y se lió. Barrios y Batalla se encararon y Koke no tuvo otra que agarrar al argentino de la garganta. Aunque éste exageró, el capitán colchonero cometió una torpísima imprudencia que Hernández Hernández no quiso enturbiar más. Simeone sí apreció el nerviosismo de su capitán y lo retiró del campo.
Para cuando las aguas volvieron a su cauce, el Atleti se llevó un gran susto que no pasó a mayores porque Oblak se hizo gigante tapando espacios a Isi en el área chica. Qué ocasión de oro. Pero desde ahí volvió el Atlético a encerrar a su vecino. Y a disfrutar de oportunidades aún más claras, si cabe. Como la de Nico González, que erró un cabezazo solo ante la portería. O la de Giuliano, que terminó chocando con Batalla. Pero el Rayo no renunciaba al triunfo, mucho menos con espacios para correr. Ahí es donde apareció Álvaro García para poner patas arriba el partido plantándose ante Oblak y ganándole el mano a mano para poner el 1-2.
La Araña pica, pica y vuelve a picar
La alegría apenas les duró un minuto a los de la franja. Giuliano cazó un balón de cabeza, Batalla no lo pudo atrapar y Julián Álvarez, en el sitio oportuno, remachó para colocar el 2-2. Y casi a continuación, solo la madera evitó el tercero rojiblanco: el largueró le negó el gol a Giuliano y el palo a Nico González.
El destino, sin embargo, estaba marcado. La gloria esperaba a otro argentino, un Julián que soltó un zurdazo casi a la escuadra para colocar el que sería el 3-2.
No se movió más el marcador, pero sí que hubo más encontronazos y piques en un derbi más que caliente.
Jugador Flashcore del partido: Julián Álvarez (Atlético de Madrid).
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