El extremo del Athletic de Bilbao y de la selección española consideró entonces que lo mejor para su carrera era quedarse en su club de siempre. "El Athletic es mi familia. El vínculo que tenemos dentro es increíble. No creo que encuentre esta atmósfera en ningún otro lugar. En ese momento, tomé la decisión que sentí correcta, y estoy muy feliz con ella", ha confesado a la revista que organiza el Balón de Oro.
Y eso que tenía presiones de sus compañeros con La Roja, con la que acababa de proclamarse campeón de Europa y donde formó una sociedad temible con Lamine Yamal. "Tiene un futuro brillante y tenemos una buena relación dentro y fuera del campo. En verano me fui de vacaciones con él a Marbella. Siempre que teníamos la oportunidad de hablar, él me daba consejos y viceversa".
Con contrato hasta 2027 con el Athletic, su cláusula de rescisión sigue siendo de 58 millones de euros. Con el Barça ya adaptado al Fair Play Financiero de LaLiga, y aunque debería hacer hueco en la masa salarial para inscribir a nuevos jugadores, este verano podría volver a producirse un nuevo intento de los culés por incoporar a Nico Williams.
En la charla, además, ha hablado de uno de sus ídolos más desconocidos, como Wilfried Zaha, ex del Crystal Palace, ahora en el Charlotte de la MLS.