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Después de la pesadilla en Amadora, que retrasó al Oporto en la carrera por el tercer lugar, Martín Anselmi promovió a Nehuén Pérez y a Samu Omorodion para el once titular. Eustáquio fue de la partida para suplir la ausencia del lesionado Alan Varela, formando pareja con Fábio Vieira en el mediocampo.
En el otro bando, la principal novedad fue la ausencia del entrenador Cristiano Bacci, aún convaleciente de una neumonía, una baja sensible para los Cónegos.
30 minutos muy pobres
Ante un Estádio do Dragão algo desnortado, se esperaba una fuerte reacción de los jugadores locales. Sin embargo, a pesar del claro dominio en términos de posesión durante la primera media hora, el equipo tuvo muchas dificultades para definirse ante un adversario bien organizado en un bloque bajo y con claras limitaciones a la hora de mantener el esférico ante la intensa presión de los azules y blancos.
Incapaces de penetrar en el último tercio del campo, los Dragones sólo crearon verdadero peligro a la media hora por medio deRodrigo Mora. El '86' disparó cruzado y el balón dio en el poste de la portería de Caio Secco. La respuesta fue letal.
La jugada partió de los pies del guardameta de los Cónegos, pasó por cinco jugadores más y acabó con un remate preciso de Yan Maranhão, que sacudió la red de Cláudio Ramos tras una excelente acción individual frente a Nehuén Pérez.
Los anfitriones fueron capaces de reaccionar antes del descanso a través de Moura, que remató de cabeza con precisión un excelente centro de Vieira desde la derecha. Fue una de las pocas jugadas destacables en toda la primera parte.
El Moreirense siguió mostrando buenas señales en la primera parte y a punto estuvo de irse al descanso por delante. Fue el guardameta Ramos, sustituto de Costa, quien evitó el 1-2 con una soberbia parada a disparo de Frimpong al filo del descanso.
Furia española
El descanso llegó en el momento justo para el Oporto, que necesitaba calmar a sus tropas y encontrar nuevas soluciones para sortear la buena organización del rival . Los azules y blancos tenían la posesión del balón -de eso no se podían quejar-, pero les faltaba mayor claridad, traducida en un gol que calmase los ánimos en el Dragão.
En el minuto 68 llegó el momento clave del partido. João Mário centró y Maracás cortó desafortunadamente el balón con el brazo dentro del área. El central brasileño protestó, pero la decisión estaba tomada: penalti. Samu fue el encargado de transformarlo y no se puso nervioso a la hora de adelantar a los suyos.
Ya sin tanta presión, los locales siguieron presionando y marcaron en el 79', en una jugada de gran calidad liderada por Mora (¡qué jugada!) y finalizada por Omorodion. El internacional español besó el escudo, llamó a sus compañeros e hizo gala de unidad en la cancha del Dragão, aún dolida por los recientes acontecimientos.
En definitiva, tres puntos muy importantes para mantenerse en la posición de bronce.
Jugador del partido Flashscore: Samu (Oporto).