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FlashFocus: Boavista, el campeón de los milagros que lucha por sobrevivir

Stuart Baxter ha sido otra de las insólitas y milagrosas apuestas del Boavista para 2024/2025
Stuart Baxter ha sido otra de las insólitas y milagrosas apuestas del Boavista para 2024/2025ESTELA SILVA/LUSA
La temporada 2024/2025 del Boavista ha estado marcada por una intensa lucha por evitar el descenso, en marcado contraste con los días de gloria, en particular el histórico título conquistado en 2000. Aquel logro, el único fuera de los "tres grandes" en el siglo XXI, sigue siendo una referencia de identidad y orgullo para los aficionados ajedrezados, pero también una dura medida para evaluar el presente, lleno de sufrimiento en las últimas temporadas.

El peso de la historia y la realidad actual

El Boavista afrontó esta temporada ya debilitado en términos financieros y deportivo-institucionales. A diferencia de 2000, cuando contaba con un equipo cohesionado, organizado y con una fuerte identidad de la mano de Jaime Pacheco, el club entró en la temporada 2024/2025 sin una base sólida y con una estructura deportiva debilitada.

Las debilidades en la gestión del club y el papel del inversor Gérard López son fundamentales para entender la situación actual. El club se ha enfrentado a 16 procedimientos activos de la FIFA, que han tenido como consecuencia la prohibición de inscribir jugadores. Esta situación se ha visto agravada por las lesiones simultáneas de los dos porteros principales, que han obligado al club a recurrir a soluciones de emergencia. También se denunciaron impagos de salarios a jugadores y empleados, lo que provocó protestas e inestabilidad interna, que amenazaron de inmediato el inicio de la actual temporada.

Los socios expresaron su preocupación por la falta de claridad en las decisiones de la directiva, especialmente en relación con la gestión financiera y la influencia del principal inversor, y se produjo una oposición entre la directiva del club y la SAD, con críticas mutuas sobre la gestión y las prioridades estratégicas, en una película con varios episodios, el último de los cuales, en la semana de preparación para la recepción contra el Sporting, cuando el Estadio Bessa se quedó sin electricidad debido a deudas con el proveedor, por parte del club, resueltas por la SAD.

El papel de Gérard López

Gérard López, empresario luxemburgués, se convirtió en el accionista mayoritario de la SAD del Boavista, aportando promesas de inversión y estabilidad con una inyección de capital de tres millones de euros. Sin embargo, su participación ha sido controvertida.

Gerard López ha estado involucrado en proyectos deportivos que han atravesado dificultades financieras, como el Lille, el Mouscron o el más conocido de todos: el Burdeos, antiguo campeón de Francia que ha caído a la cuarta división y corre el riesgo de cerrar sus puertas. Esto ha suscitado dudas sobre su gestión en el Boavista.

Su presencia ha estado asociada a importantes decisiones estratégicas, como cambios en la cúpula de la SAD y planes de reestructuración financiera. Algunos socios cuestionan la eficacia de su inversión, señalando los continuos problemas financieros y operativos del club.

Cuatro entrenadores, un mismo objetivo

Cristiano Bacci empezó la temporada como primer entrenador, pero los insatisfactorios resultados provocaron su marcha. Jorge Couto asumió el cargo de forma interina, antes de que Lito Vidigal llegara en febrero de 2025, aportando experiencia y un enfoque pragmático en un intento por evitar el descenso.

Le siguió Stuart Baxter, un técnico escocés de 71 años que, en tres partidos, logró dos victorias, contra dos adversarios directos en la lucha por el ascenso, Farense (0-1) y AFS (1-2), perdiendo únicamente contra el Sporting (0-5). El técnico escocés ha aportado una nueva perspectiva táctica y disciplina a la plantilla, contribuyendo a la mejora de los procesos defensivos y al retorno de la esperanza de los aficionados en otro milagro.

El nombramiento de Stuart Baxter supuso un soplo de aire fresco, pero también dejó al descubierto la desesperación del club. A sus 71 años, el técnico británico, con una vasta experiencia internacional, fue una apuesta arriesgada -pero meditada- en un intento de poner orden táctico y algo de pragmatismo a un equipo que había ido en caída libre.

Refuerzos insólitos

Quizás el momento más insólito de la temporada fue la contratación en febrero de varios jugadores libres, algunos de los cuales llevaban meses sin jugar en competición oficial. Esta medida, inédita en Portugal a esta escala, fue criticada por muchos, pero resultó ser un intento desesperado -e incluso ingenioso- de revitalizar una plantilla corta, plagada de lesiones y de falta de calidad en sectores clave, tras el levantamiento de las prohibiciones de inscripción de jugadores impuestas por la FIFA.

Algunos de estos jugadores, a pesar de su falta de ritmo, mostraron compromiso y se mostraron sorprendentemente dispuestos a aprovechar la oportunidad, reflejando el espíritu de supervivencia que el Boavista ha encarnado a lo largo de esta temporada.

Tomas Vaclik (35), guardameta internacional checo, ex del Sevilla y el OlympiacosLayvin Kurzawa (32), lateral izquierdo internacional francés, ex del PSG, Osman Kakay (27), lateral derecho internacional de Sierra Leona, ex del QPR, Sidoine Fogning (23), central camerunés, ex del Coimbrões, Vitalii Lystsov(29), central ruso, ex del União de Leiria, Steven Vitória (38), defensa central internacional canadiense, ex del Chaves, Marco van Ginkel (32), centrocampista internacional holandés, ex del Vitesse, Moussa Koné (28), extremo senegalés, ex del LASK Linz, y Gboly Ariyibi (30), extremo estadounidense, ex del Keçiorengücü, revolucionaron la plantilla ajedrezada, fuera de mercado, en un último intento, que algunos dirían desesperado, por evitar el descenso a la Liga 2.

La lucha por la permanencia, otra vez hasta el final

Al igual que la temporada pasada, el Boavista llega a las últimas jornadas con su permanencia en la máxima categoría en peligro, pero con posibilidades reales de salvarse. El paralelismo con el "milagro" del último minuto en la temporada 2023/24 vuelve a cobrar fuerza, y los aficionados esperan otro desenlace dramático pero feliz, sobre todo después de la victoria del pasado lunes en la 32ª jornada contra la AFS (1-2), con derecho a dar la vuelta a la situación.

Con sólo dos partidos por disputar, el Boavista vuelve a estar al borde del abismo. Al igual que en la temporada 2023/2024, todo puede decidirse en los últimos minutos, y esta temporada se avecina la prueba definitiva: en la 33ª y penúltima jornada, el Boavista recibe en Do Bessa al Oporto, su rival en la ciudad. En un derbi cargado de simbolismo, los ajedrezados se jugarán no sólo los puntos, sino la permanencia y el futuro de un club que, a pesar de estar debilitado, sigue luchando por mantener viva su identidad en el fútbol portugués.

La temporada 2024/2025 será otra prueba de resistencia para el Boavista, un club que fue campeón pero que ahora lucha por sobrevivir. Si consigue mantenerse, será una victoria de carácter y resistencia. Si no, el club tendrá que replantearse profundamente su futuro, manteniendo viva la esperanza de que el espíritu de 2000 pueda inspirar algún día una reconstrucción más sólida y ambiciosa.

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