Tras la victoria de Noruega, Gennaro Gattuso buscaba una goleada. Para ello decidió apostar por una alineación muy atrevida. Y es que en el 11 inicial estaban Raspadori, Zaccagni, Orsolini y Scamacca.
En el estadio Zimbru de Chisinau, el primer rugido fue de Raspadori, que se dejó ver entre líneas y, tras una buena combinación con Scamacca, sacó un zurdazo que fue despejado por el portero de Moldavia.
La banda izquierda era la preferida por los azzurri para atacar, y en el minuto 12 un córner desde ese lado fue peinado por Cristante, aunque no sorprendió al atento Kozhukhar, que poco después también se mostró seguro ante un disparo potente de Raspadori desde la derecha. En el minuto 26, sin embargo, el portero moldavo dudó en una salida alta y el balón quedó para Mancini, que desde el centro del área remató por encima del larguero.

Falta de gol
La presión de los locales fue en aumento junto con el apoyo de la afición, y pasada la media hora, una recuperación generó un centro al área donde Postolachi entró bien, pero desde buena posición remató de zurda muy desviado. El dominio italiano creció en el tramo final de la primera parte, con Cristante probando desde fuera y rozando el palo. Poco después lo intentó Orsolini con su jugada habitual, que ha terminado en un disparo seco fuera y al que Buongiorno ha llegado tarde.
Poco convincente en los primeros 45 minutos, la selección italiana buscó la tan ansiada eficacia al inicio de la segunda parte, cuando Cambiaso entró bien en el área rival pero su remate fue bloqueado por un defensor local. Con el paso de los minutos, la circulación de balón de Italia se volvió monótona y sin ritmo. El centro del campo carecía de ideas y ni Orsolini ni Zaccagni lograban generar peligro por las bandas.
En el minuto 65, Pio Esposito y Retegui sustituyeron a Scamacca y Raspadori, pero fue Tonali el único que lo intentó con un zurdazo desde fuera, bien resuelto por el portero local, evitando el gol. A partir del minuto 70, los centros desde ambos costados se multiplicaron, aunque los dos delanteros no lograron aprovecharlos. En el último cuarto de hora, los moldavos apretaron con más intensidad, llegando a poner contra las cuerdas a Italia por su defensa adelantada.
En un contragolpe iniciado por Tonali, el recién ingresado Politano encontró a Esposito en el área, pero su remate fue directo a las manos de un Kozhukhar siempre atento, también en el posterior centro desde la izquierda de Dimarco. Italia, tímida y sin ideas, fue salvada por quien menos se esperaba: ese Mancini que en el minuto 88 cabeceó un córner desde la izquierda de Dimarco y consiguió el ansiado gol.
Un golpe que por fin premiaba el esfuerzo de un equipo poco vistoso y con escasa producción ofensiva. En el tramo final llegó también el segundo, otra vez de cabeza, obra de Francesco Pio Esposito Esposito. El triunfo conseguido en los últimos minutos da algo de sentido al duelo con Noruega, que cerrará el grupo. Los playoffs ya son inevitables, ya que Italia aún ganando el partido tendría que recurrir al goal average general donde los nórdicos tienen una renta de +29 por un +12 de los transalpinos. Para Gattuso al menos queda la alegría de luchar por la quinta victoria consecutiva.
