Tras encajar el primer gol en cada uno de sus tres últimos partidos de liga en casa, los Reds parecían dispuestos a empezar con más fuerza.
Y en el minuto 11, su dominio inicial se vio recompensado cuando un pase en profundidad de Ibrahima Konaté que encontró a Dominik Szoboszlai en el borde del área, permitiendo al húngaro rematar a la escuadra con un maravilloso zurdazo.
Era el 10º gol en la Premier que recibía el Ipswich desde la última vez que marcó uno, y las opciones de los visitantes se redujeron aún más cuando Wes Burns salió en camilla con una lesión de rodilla que parecía grave.
Los crecientes problemas de Kieran McKenna se agravaron 10 minutos antes del descanso, cuando un centro milimétrico de Cody Gakpo encontró a Mohamed Salah en el segundo palo, y el egipcio controló de forma sublime y batió por alto al meta local para doblar la ventaja.
Al filo del descanso, Gakpo transformó en gol un rechace del disparo inicial de Szoboszlai y se convirtió en el tercer neerlandés que marca en cinco partidos consecutivos de la liga inglesa en casa, uniéndose a la élite de Ruud van Nistelrooy y Robin van Persie.
Tras la reanudación, los Tractor Boys se dedicaron a limitar los daños, y sus seguidores tuvieron algo que celebrar a la hora de juego, cuando por fin lograron disparar a puerta, aunque Alisson detuvo cómodamente el disparo de Omari Hutchinson.
El Liverpool no cambió el patrón de juego y añadió el cuarto poco después, cuando un centro marca de la casa de Trent Alexander-Arnold lo remató Gakpo, que anotó de cabeza su octavo gol de la temporada en la Premier.
Alexander-Arnold estuvo a punto de hacer el quinto en dos ocasiones, con un disparo lejano que se marchó desviado y otro desde dentro del área que se estrelló en el poste.
El Liverpool logró así su segunda victoria en casa por un margen de al menos tres goles en 17 partidos de liga, además de sumar su 11º triunfo consecutivo en Anfield contra equipos recién ascendidos. El Ipswich logró un gol de consolación en el minuto 90, con un saque de esquina botado por Julio Enciso y rematado de cabeza por Jacob Greaves en el segundo palo, evitando así su tercera derrota consecutiva sin marcar.
La derrota del Wolverhampton Wanderers contra el Arsenal también significa que sólo la diferencia de goles le separa de la línea de salvación, a pesar de sus recientes apuros.
