En el micrófono de Carlos Abengózar, de Flashscore Audios, Noelia Gutiérrez cuenta cómo han sido sus sensaciones desde que fue elegida para ir al Mundial hasta que el mismísimo Pierluigi Collina le dijo que iba a arbitrar la final del Mundial.
¿Cómo se siente tras haber dirigido la final del primer Mundial oficial femenino de fútbol sala en Filipinas?
Todavía parte de mi cabeza sigue en Filipinas, en todo lo que he vivido, va a ser complicado de olvidarlo. Lo recuerdo con mucha emoción y mucha nostalgia, aunque ya enseguida toca volver a la rutina porque la liga española continúa y la vida sigue.
¿Cómo fue el momento en el que le comunicaron que iba a participar en el primer Mundial femenino de fútbol sala?
Fue un subidón porque éramos 56 árbitras potenciales y finalmente fuimos 25 a Filipinas. Durante todo un año estuvimos a examen y cuando me llamó mi presidente y me dice 'Noelia, ha salido la lista y estás en ella', se me cerró el estómago y me acordé de todos los esfuerzos hechos durante el año. Fue muy bonito.
¿Cómo se vive la experiencia de estar en un Mundial sabiendo que está siendo evaluada constantemente?
Desde el primer día, que llegamos 12 días antes para hacer un seminario, pasar pruebas físicas, eres consciente de que todos tus actos son examinados por los instructores de FIFA. Cualquier mínimo fallo o comentario puede condicionar tu continuidad, así que te lo tomas con mucho respeto porque quieres hacerlo bien y seguir avanzando fases.
¿Qué sintió cuando Pierluigi Collina anunció que iba a arbitrar la final del Mundial?
Impresiona mucho porque Collina es un referente para todos los árbitros. Cuando escuché mi nombre para la final, me quedé bloqueada y no sé ni qué dijo después. Es muy impactante que alguien a quien has admirado toda la vida diga que vas a estar en una final.
¿Cómo empezó en el arbitraje y quiénes han sido sus apoyos?
Empecé con 17 años porque quería seguir vinculada al fútbol y me enganchó desde el primer año. Mi madre fue la primera que confió en mí y siempre ha estado apoyándome, junto con mi pareja y mis abuelos, que ahora incluso entienden de fútbol sala. Mi abuela incluso me habla ya del portero-jugador.
¿Cómo se vive el avance de España en el Mundial siendo árbitra española?
Si el equipo de tu país avanza, tienes menos posibilidades de quedarte. Cuando España pasó de cuartos, pensé que sería mi último partido, pero seguí avanzando. Es una sensación agridulce porque no sabes si animarte a ti o al equipo.
¿Cómo fue arbitrar la final entre Brasil y Portugal?
Fue un partidazo, se jugó a un nivel altísimo y da gusto ver el fútbol sala femenino así. Me metí tanto en el partido y en la concentración que recuerdo poco del previo y el post. El ambiente era increíble, pero ni lo escuché de la concentración.
¿El alto nivel de las jugadoras facilita el trabajo arbitral?
Sí, cuando el nivel es tan alto y las jugadoras se dedican a jugar, es más fácil arbitrar y se disfruta más. Nosotras solo pusimos justicia y dejamos que jugaran.
¿Cómo fue la acogida del fútbol sala en Filipinas durante el Mundial?
Fue espectacular, no esperaba que en Filipinas gustara tanto el fútbol sala. Había carteles por toda la ciudad y la acogida fue increíble.
¿Ha recibido felicitaciones tras arbitrar la final?
Sí, me han felicitado muchísima gente, incluso árbitros de Primera división a los que veo arbitrar al Barça y al Madrid. No me lo esperaba. Me impone mucho porque han visto el esfuerzo que hay detrás.
¿Es consciente de que ya es historia y referente del arbitraje español?
Sí, me alegra porque soy el escaparate para las nuevas generaciones, tanto masculinas como femeninas, para que vean que es posible. Es muy complicado estar en un Mundial y pitar una final, pero ser la imagen visible anima a otros a continuar.
¿Cómo es un día típico en un Mundial para una árbitra?
Es duro porque no paras. Empezamos temprano con seminarios, repasos de reglamento, prácticas de soporte de vídeo, análisis de partidos, situaciones que se han dado en el propio Mundial. Luego teníamos entrenamiento y analizar detalles de los partidos del dóia anterior. Y por las tardes pitábamos partidos de un torneo local que la FIFA organizó con equipos masculinos para que practicáramos. Así pasaban los días.
¿Cómo afronta la vuelta a la competición doméstica tras esta experiencia?
Ahora toca disfrutar un poco lo vivido y volver a la realidad, a pitar en la liga y a seguir trabajando porque todavía queda mucho por aprender y mejorar. No creo que mi vida vaya a cambiar.
¿Cómo está el nivel del arbitraje español en fútbol sala a nivel internacional?
Ahora mismo tanto en fútbol como en fútbol sala somos top. El Mundial masculino de Uzbekistán lo pitaron dos españoles y actualmente hay 24 árbitros españoles pitando competiciones europeas, lo cual es muy complicado para un solo país.