Gerard Deulofeu está jugando, a sus 31 años, el partido más importante de su vida. El rival, la medicina y la biología. Su gol más importante lo conseguirá cuando el cartílago de su rodilla derecha se regenere lo suficiente como para poder volver a disfrutar como futbolista en un terreno de juego. Algo que espera que suceda algún día, sin la presión de una fecha concreta, para que sus hijos puedan verle jugar con la camiseta del Udinese, el club que lo ha seguido acompañando desde que comenzó su calvario en noviembre de 2022.
En una extensa entrevista con Flashscore, de la que extraemos a continuación una primera parte, el extremo español, criado en la cantera del Barcelona, en el que debutó con apenas 17 años, y que pasó por el Everton, Sevilla, Watford y Milan, además de la selección española, antes de llegar al Udinese, ha hablado de lo humano y de lo divino, del aspecto psicológico en su rehabilitación, clave para afrontar un camino lleno de espinas, así como de sus experiencias en LaLiga, la Premier y la Serie A.
"Va a ser muy difícil, pero quiero hacer historia. Creo que puedo ser el futbolista que más tiempo haya pasado fuera que haya podido volver. Eso para mí sería un récord magnífico y precioso. Y hacerlo por mi familia y por mis hijos. Ellos han nacido sabiendo que yo soy jugador y ahora que son un poquito más grandes me piden que vuelva, y eso me rompe el corazón". Ese es el mensaje motivador que se repite una y otra vez Deulofeu para, aun dolor, dar algún paso adelante que le acerca a un sueño que comenzó a torcerse tras una infección en el cartílago.
"La repercusión es que no puedes entrenar como lo tendrías que hacer, pierdes músculo. Añádele adherencias a la rótula y las agresiones a la rodilla", explica antes de dar la buena nueva. "Hay curación en la zona del cartílago porque sin eso, con el choque hueso con hueso, sería imposible volver. Pero se está curando todo ese cartílago y ahora hay que limpiar la zona y hacer más músculo para poder sentirme mejor y poder entrenar mañana y tarde. Antes me ejercitaba un día y tenía que parar dos. Ahora, la rodilla está reaccionando bien y aunque volver lo veo un poco lejano, es un buen indicador".

Luchando contra la biología y contra la cabeza
Su problema, esa condropatía de muy alto grado con afectación al cartílago, asegura, "es más que una lesión, es algo más cercano a una incapacidad permanente, a tener una prótesis en la rodilla. No poder dar un paso porque chocan hueso contra hueso es mucho más grave. Estoy luchando contra la biología y también contra ésta (se señala la cabeza). Llevo dos años y medio. Tengo la suerte de que está mi equipo, mi presidente y mis compañeros del Udinese esperándome. Por suerte, puedo entrenarme cada día. Me da mucha fuerza el tener la motivación de poder entrenarme en mi estadio todos los días".

Pero no es fácil trabajar con cierta soledad y, durante mucho tiempo, sin apenas progresos. "Hay días y días, y hay que tener mucha paciencia, estar en casa con tu familia para equilibrar emocionalmente la mente. No puedo contar la de veces que he pensado en dejarlo… pero ¿sabes? Que tengo también un equipo detrás, expertos en psiconeuroinmunología en los que me apoyo. Y estas experiencias me han hecho de piedra. Va a ser muy difícil que me rinda o me tiren. Lo mío es un milagro y lo voy a intentar hasta el último momento".
El ejemplo de Santi Cazorla
Es un camino similar al de otra leyenda del fútbol español como Santi Cazorla, quien pasó 11 veces por el quirófano en dos años, y pudo volver a jugar profesionalmente. Y ahí sigue, con 40 años en Primera división. "Nos seguimos mutuamente, hemos cruzado algún mensaje. Santi es un ejemplo para mí. Solo sabes lo que puede haber pasado si te pasa algo similar. Sé lo que es no poder disfrutar de tu pasión siendo joven y me pongo mucho en su lugar porque es una leyenda y un ejemplo de superación".
Y en eso quiere convertirse Gerard Deulofeu. En alguien al que, con el paso del tiempo, se le recuerde como el futbolista que batió el récord de volver a jugar profesionalmente después de superar la más larga lesión de la historia. Que le ganó la carrera a la biología y a la medicina y que marcó el gol más importante de su vida para él mismo, para su mujer e hijos y para la familia que encontró en el Udinese, con los Pozzo a la cabeza, que no le han dejado de lado en ningún momento.
