España cumple en ataque. La roja, por fortuna, encuentra variantes y solventa la ausencia de un nueve natural (llámese nueve tanque o ariete clásico encargado de fijar a los centrales del contrario) top. Un nueve natural español que marque más de 20 goles por temporada en las máximas ligas europeas no ha existido desde Fernando Torres. Algunos han estado cerca de alcanzarle. Sin embargo, la realidad es que España se ha reinventado desde la táctica para suplir esta falencia.
En los cuartos de final de la Nations League, Luis de la Fuente ofreció dos opciones para el nueve: Álvaro Morata, que se ha ganado a pulso su espacio en la titular, fue inicialista en la ida del encuentro. Su rendimiento fue irregular a lo largo del encuentro y para la vuelta el seleccionador nacional apostó por un Mikel Oyarzabal que firma una campaña positiva con la Real Sociedad.
Países Bajos ha sido un hueso duro de roer en la ofensiva. Ha generado mucho peligro en el arco de Unai Simón. En defensa, desde otra perspectiva, ha flaqueado a pesar de contar en sus líneas con Virgil Van Dijk (posiblemente el mejor zaguero del mundo), Van Hecke, Geertruida y Maatsen. Los neerlandeses han hecho sudar la gota a España que ha encontrado soluciones gracias a la movilidad de su frente ofensivo.
Oyarzabal, autor del gol que le dio a España la Eurocopa 2024 (al marcarle a Inglaterra en la final) hizo un doblete y tuvo un rol protagónico en la serie. España se reinventa y aprovecha el nivel del atacante. Ni Morata ni Samu, de brillante temporada con el Porto, han saltado al campo de Mestalla. Queda mucho camino por recorrer antes de la final Four de la Nations League. España debe decidir si apostará por un nueve clásico o si mantiene la idea de utilizar a un jugador más movedizo, veloz y ágil como Oyarzabal ante Francia.
