Según los informes, el internacional francés, que recientemente calificó el mundo del fútbol como “repugnante”, ni siquiera tiene licencia de conducir.
Otro compatriota también ha cuestionado su decisión de vivir de manera tan aislada, lo que ha generado más debate sobre la presión que implica ser una superestrella.
"Tener licencia es una forma de independencia, poder hacer lo que quieras cuando quieras, salir sin tener que dar explicaciones", dijo Nasri a Mundo Deportivo.
"Eso significa que no tiene vida privada, ni siquiera con su familia. Cuando necesita hacer algo, tiene que contratar a un conductor. Hay estrellas más grandes que él que han salido, han conducido y han dado vueltas por la circunvalación".
"Puede salir a la calle, no va a causar ningún alboroto. Habrá gente que lo detenga y se saque fotos con él. Pero ese es el precio de la fama".
"Cuando tenía 18 años, iba a comprar pan. Mi padre conducía, yo bajaba del coche, entraba a la panadería y compraba pan en Marsella, una ciudad que vive el fútbol. Hay que hacer eso, estar conectado con la vida real".