Dos jugadores de distintas generaciones se encontraban en un contexto muy diferente al habitual. El asturiano afrontaba un reto complicado ante un rival que, pese a ser claro favorito por ranking, no encadena tres victorias desde el pasado mes de abril. Poco antes, también en primavera, conquistó el Masters 1000 de Miami tras derrotar a Novak Djokovic en la final.
La manga inaugural estuvo bastante equilibrada hasta su ecuador, ya que no se había producido ninguna amenaza de rotura hasta entonces. El gijonés se las prometía felices al quebrar el saque de su rival cuando menos se esperaba, pero este último reaccionó de inmediato y fue capaz de devolver las tablas al marcador.
Y cuando parecía que todo se iba a decidir vía tie-break, Carreño empezó a sufrir de nuevo con su servicio ante un Mensik que aprovechó la tercera bola que se le presentó para imponer el 5-7 y tomar ventaja después de una hora. El número 89 del ranking mundial, sin margen de error en el encuentro.
El inicio del segundo set no fue ni mucho menos distinto al anterior, con un intercambio de golpes constante y ningún break. Había un aspecto, sin embargo, que seguía marcando diferencias a favor del checo: los saques directos. Tras un brutal y escandaloso 0-10, Jakub siguió dominando en dicho registro de forma aplastante (acabó 1-20).
Pablo se vio contra las cuerdas en un par de ocasiones, pero salió airoso y siguió batallando hasta que sus fuerzas -o su oponente- lo permitieron. El definitivo 4-6 obliga a Jaume Munar a superar a Jiri Lekecha, quien también está por delante en la clasificación mundial y, además, tiene el aliciente extra de poder dejar a los suyos en semifinales.